Duane R. Nisly

En estas últimas semanas me ha encantado ver la sencillez, inocencia y amor de mis hijos. Es increíble como un niño puede pedir “más cosquillas” deseando simplemente más tiempo, más risas y más del amor que se le está dando. Cada vez que sucede (y es seguido) me doy cuenta de como nosotros los adultos perdemos tanto “al madurar”. Para muchos el pedir un abrazo de otro se ve “mal” (pensamos ¿cómo puedes esperar recibir amor si lo has pedido de otra persona?) pero a la vez por nuestra “madurez” perdemos lo hermoso que nos da la sencillez e inocencia. Me encanta dar más cosquillas cuando me los pide, me encanta como se rie y se goza en el momento, disfrutando la muestra de amor que le estoy dando – y no le molesta que él mismo me lo haya pedido… es amor, inocente y sencillo.

hoy pasé un día que en otro momento me hubiera desesperado muchísimo (estoy siendo honesto). pasé varias horas llevando a mi hijo menor (jonathan) al doctor, luego recogiendo medicina y por fin llegando aquí a casa. como es un día nublado y en general mojado (entiéndase que no se puede salir afuera), estamos encerrados en casa.

tengo en este preciso momento a jonathan en mis brazos mientras escribo, y estoy lleno de agradecimiento que hoy pude disfrutar el día – apesar de que haya pasado horas “perdiendo el tiempo” en diferentes oficinas esperando. a mi lado está la famosa taza de café y un libro (lo cual aún comienzo a leer hoy)… pero más allá de eso me doy cuenta de nuevo que yo decido cómo va a ser mi día.

puedo desesperarme con todos las citas, atrasos, lluvia y cosas inesperadas… o puedo disfrutar el momento… recordar que no siempre podré llevar a mi hijo al doctor, tenerlo en mis brazos, estar dentro de casa y mirar la nublina y la lluvia…

hoy decido disfrutarlo al máximo. es un regalo… el tiempo pasa, prefiero pasarla bien.