Es mejor escuchar que hablar. Si no escuchamos bien, no podremos hablar bien. Si no escuchas, no sabrás como responder a la persona que está hablando, ó cuando lo haces, tu respuesta (ó comentario) no tendrá sentido ya que no estará ligada a la pregunta (ó conversación). A nadie nos gusta “hablar” con alguien que hace esto.
Cuando nos dedicamos a hablar sin escuchar, realmente muestra ignorancia (y arrogancia). La persona que sólo quiere escucharse a si mismo nunca podrá aprender nada nuevo, ni relacionarse con los que le rodean.
Escucha más de lo que hablas… Asà adquirás mayor conocimiento y mejores amistades también. Como decÃa mi mamá – por algo Dios nos dió dos oÃdos y una sola boca.
La competencia que realmente importa es la que tenemos con nosotros mismos. La competencia con nuestro propio potencial. Sólo nosotros sabemos cuándo hemos dado lo mejor que tenemos, o cuándo dimos sólo lo suficiente como para pasar (que posiblemente a ojos de otros fue un esfuerzo increÃble). Lastimosamente la mayorÃa de las personas se miden según las personas que los rodean… ¿No es obvio porque pocos sobresalen?
Si todos se midieran según su propio potencial – todos esforzándose por ganarse a ellos mismos (es decir alcanzar su máximo potencial) estarÃamos en un mundo distinto. Por mientras, como pocos viven asà – si decidimos ser nuestra propia competencia, estamos en camino a sobresalir. ¿Con quién prefieres competir?
Dicen por ahà que “la curiosidad mató al gato”… (Curiosity killed the cat). Mi experiencia ha sido todo lo contrario. La curiosidad me ha abierto muchas puertas, he aprendido MUCHÃSIMO simplemente por ser curioso y atreverme a intentar… (ojo – ¡muchas veces sirve leer el manual mientras intentas!). Hay muchas cosas para aprender, descubrir, y conquistar. No permitas que el miedo a fracasar te detenga – sé curioso (pero sepa tus limitaciones).