hoy fue uno de esos dÃas que te hacen pensar…
creo ser una persona que piensa contÃnuamente (en realidad todos pensamos contÃnuamente – según platón asà es cómo sabemos que existimos, no?) pero me refiero más bien a pensar profundamente… pensar con el corazón, con la cabeza… esos pensamientos que no te dejan quietos, que te siguen molestando como una gota de agua que no deja de caer…
hoy recordé cómo la vida puede cambiar repentimente. sé que talvez no es un pensamiento nuevo, sin embargo sé que no estoy conciente de esta realidad en mi diario vivir. sólo cuando nos suceden cosas inesperadas, cosas que cambian el rumbo de la vida de uno (o que puedas ver cómo cambia la vida de otro) nos impacta de manera que tiene la posibilidad de cambiar cómo pensamos… por lo menos hasta que volvamos a la “realidad” y rutina diaria…
hace unas semanas vi un accidente que involucró 3 autos… por culpa de 1 despistado otros 2 fueron afectados aún más que el culpable. esto me llevó a reconocer que por más que uno se cree buen conductor (cómo me lo creo yo – humildemente por-supuesto) uno no tiene control sobre los demás factores en la carretera – y hay muchos factores que pueden cambiarte la vida en segundos, aún que tú hagas todo correctamente.
hoy experimenté cómo es que la vida de una persona pueda cambiar simplemente por no estar de forma “regular” en este paÃs. de repente un amigo, exclente persona, lÃder de iglesia, músico y adorador se encontró en el bote y en proceso de deportación (por “noise pollution”). ni hablar de los sentimientos, preguntas y dudas que esto produce en uno… cuánto más en la persona que ahora está sentado en un cuarto sin ventanas con gente desconocida… es complicado todo este tema y ahora no quiero tratar de definir nada… basta con decir que la vida de cualquiera puede cambiar repentiamente…
¿estoy ahora viviendo de manera que no me arrepentiré de nada después? ¿tengo mi fe suficientemente segura para aguantar cual tormenta me pueda llegar a azotar?… estas y otras preguntas surgen y me llevan a meditar y esperamos a actuar (que no me gane de nuevo la rutina de siempre)… (por cierto, ¿mañana qué tengo que hacer?)